Niñas Guías y Boy Scouts son la expresión del anhelo, de Robert Baden-Powell, para crearle a la juventud un camino para su formación, con el fin de que la autoestima, la dignidad, el respeto por su propia persona, la familia, la sociedad y la naturaleza estén presentes en su vida adulta. Todo aunado a la solidaridad y disposición de servicio. Los ideales que son los caminos de la consciencia y que comienzan a aflorar en estas edades, también son fomentados antes que ser anulados, como sucede en la educación académica formal
Una particularidad de este sistema de formación y enseñanza es que cada niña o niño escoge sus propios retos de aprendizaje, para desarrollar sus habilidades personales, según los programas del movimiento Scout. El sistema también enseña y fomenta el trabajo en equipo, una de las virtudes menos presentes en nuestra sociedad.
El Movimiento Scout no es para arreglar entuertos, no es para corregir malacrianzas derivadas de conductas nacidas de una paternidad/maternidad deficitaria, como tampoco lo son las escuelas y los colegios
Pierden una gran oportunidad de lucirse como padres, aquellos que no incorporan a sus retoños al Movimiento Scout. Por miopía, ignorancia e inmadurez muchos padres creen que la educación se reduce a la adquisición de una avalancha de conocimientos, más un barniz de buenos modales y moralidades que les permita socializar. Se desviven únicamente por las calificaciones, como si una personita con solo sacar buenas notas tuviera asegurado el futuro éxito socioeconómico y la felicidad personal. Esto es importante, pero es nada, si no se logra que adquieran una escala de valores y autoestima, que les permitirá destacar con brillo en la vida privada y pública.
Los padres deben entender que del éxito o fracaso de su misión sólo la podrán apreciar cuando sus hijos e hijas lleguen a la edad adulta, cuando deben asumir la responsabilidad sobre sus actos, desarrollar un plan de vida personal, romper con la coodependencia, por el grado de autoestima que alcancen, en la capacidad de integrarse responsablemente y creativamente a la sociedad, puesto que el ser humano es un ente social. La didáctica y mística scout es facilitadora de éste proceso, favoreciendo a padres e hijos.
El Movimiento Guía y Scout es un movimiento maduro, bien estructurado, confiable, que ha dado frutos en Costa Rica y en todo el mundo. Las personas de bien que desean lo mejor para las niñas y niños de este país y no solo para los suyos como sucede con frecuencia, tienen aquí un camino de generosidad y solidaridad único, colaborando y apoyándolo. Las empresas pueden contribuir a fortalecer el capital humano de la nación, creando grupos con los hijos de los empleados, los solidaristas también podrían hacerlo. Las comunidades rurales formando grupos scouts le facilitarían a su chiquillada incorporarse a nuevos estilos de vida sin perder sus valores.
Es más bello y edificante ver a niñas y niños desfilando con sus uniformes scouts, que ver en una pasarela a una juventud todavía tierna, desvalorizándose con el beneplácito de adultos y empresas comerciales.
Comentario a título personal de un scout de corazón.
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